ANECDOTAS

LA ASTUCIA  DE LA NIÑA

-       ¡Padle, padle, padle… Ven, ven!

Yo sentí la voz de una niña que me llamaba. Y efectivamente, era una nena de cinco años, aproximadamente. Me devolví, cruce la carretera y llegué a la terraza de la casa, para encontrarme con la niña.

Sin esperar que la saludara, la pequeña me abordó al instante:

-  ¿Padle, veddá que tu le jalas el pelo a las niñas que corren dentlo de la Iglesia?

-       No, no, no, no… (Y para hacerme entender yo movía el dedo índice con nerviosismo, como si fuera el limpia vidrios de un carro) No, no, al contrario yo las quiero mucho y además tengo varias amigas de tu edad.  También tenemos una misa los domingos a las nueve de la mañana para los niños (Respiré profundo)

Ella me escuchó atentamente, sonrió y luego exclamó:

-       ¡Viste, viste …! Viste abue…¡Tu eres embustela …!

Yo levanté la cara, me quité las gafas, di mi media vuelta y caminé a pasos largos y acelerados. Como me iba riendo, imagínese el lector los comentarios de los que me observaban. Claro que también dejo a su imaginación la reacción de la abuela y la moraleja de esta anécdota.

LOS SENTIMIENTOS DE COCO



Coco era un perro común y corriente de tamaño mediano que venía a misa detrás de su ama pero yo insistía en que lo sacaran y eso se repetía varias veces. Como vivía cerca, cada vez que nos topábamos en la calle me ladraba con aversión  y cruzaba para el otro andén. En casa de su ama funciona un taller de metalmecánica y cuando acudí allí para unos trabajos, se ubicó en la puerta ladrándome con agresividad con la intención de no dejarme pasar, aplicándome el principio de ojo por ojo y diente por diente.  (“Como no me dejas entrar en la Iglesia, ahora  yo tampoco te dejo entrar en mi casa”). Para poder visitar a su ama anciana y enferma tuvieron que amarrarlo, pero me ladraba con agresividad. Al ver el trato mío a su ama empezó a rebajar su enemistad  hacia mí. Fallecida su ama entró a la Iglesia con el ataúd y no lo sacaron. Cuando me veía ya no me ladraba, sino movía la cola y lo entendí como reconciliación. A los pocos días Coco también murió.