El 17 de febrero de 1960, en la periferia de Cartagena, al sur occidente, colindando con la Carretera de la Cordialidad y la vía a Turbaco fue fundado el barrio Blas de Lezo por el I.C.T. (Instituto de Crédito Territorial) mediante diversas modalidades de construcción: ayudas mutua, esfuerzo propio y Alianza para el Progreso. Se hizo por etapas hasta llegar a cinco con un total de 3.250 familias.
Cuando apenas el barrio estaba en proceso de iniciación, pues, en aquel entonces el ritmo de la construcción era más lento, las Hermanas Franciscanas residentes en el Colegio Biffi iniciaron labores de catequesis en el barrio. Mas adelante, Monseñor José Ignacio López Umaña, Arzobispo de Cartagena crea la parroquia mediante decreto del 23 de Abril de 1965, con el nombre de Nuestra Señora de la Consolata posesionando como primer párroco al Padre Lino Fox, del Instituto de Misionero de la Consolata, quienes habían llegado a Cartagena para atender el naciente barrio que era como un pueblito: distante del perímetro urbano de la ciudad y con obras de infraestructura e instituciones por hacer. Excluida la parroquia de San Sebastián de Ternera, la parroquia de N. S. de la Consolata comprendía geográficamente lo que hoy es la zona sexta y décima. Por consiguiente ha tenido como hijas y nietas las parroquias que se han fundado en estas zonas.
La manzana 25 del Barrio Blas de Lezo fue adquirida por los Misioneros de la Consolata por un valor de $ 25.000 y con ayudas extranjeras y aportes de la comunidad construyeron templo, casa parroquial, casa para las Misioneras de la Consolata, puesto de salud, supermercado, puesto de policía, sala de cine y el Colegio N. S. de la Consolata. Con el paso del tiempo la administración de algunas de estas instituciones fue transferida a otros. Los religiosos, siguiendo la eclesiología del Concilio Vaticano II, realizaron una pastoral de comunión y participación vinculando mucho al laicado y estimulando la religiosidad popular de los fieles casi todos procedentes del área rural. En 1988 los misioneros asumen la Parroquia de la Bahía y entregan al clero secular la Parroquia de la Consolata.
Durante los cuarenta y tres años de la parroquia, han pasado dieciocho párrocos religiosos y dos seculares, manteniéndose siempre la misma línea de pastoral con las debidas innovaciones o retroalimentación del proceso. Los resultados hablan por sí mismos, pues, además de la abundante participación del laicado en sus diferentes edades, carismas y ministerios, han ido al seminario o comunidades religiosas veintiún jóvenes. A unos Dios les mostró otro camino y cinco de ellos fueron ordenados sacerdotes: P. Alvin Beltrán, P. Jesús María Rosales, P. Daver Castro, P. Felipe Carlos García y José Narciso Jiménez. Damos gracias a Nuestra Señora de la Consolata, madre y estrella de la evangelización de esta comunidad